“Siempre afirmo –es la pura verdad– que la historia del Opus Dei habrá que escribirla de rodillas, porque es la historia de las misericordias de Dios. Esto se descubre de modo particularmente claro en mi vida: todo lo ha hecho el Señor. Tengo cincuenta años y sigo cargado de defectos. En la Obra todo lo ha hecho Dios; humanamente hablando, ¿qué había? Sólo buen humor, mucho amor a Jesucristo y a su Iglesia, y afán de perseverar ante lo imposible. El Señor me ha manejado como yo, de niño, manejaba, a los soldaditos de plomo: los llevaba por donde quería, a veces los descabezaba… Así ha obrado conmigo el Señor: me ha conducido por las sendas que Él ha querido, ha permitido que me diesen buenos trastazos, porque me convenían” (Notas de una meditación de San Josemaría, 11-IV-1952)
El Opus Dei se prepara para celebrar su primer centenario, en octubre del 2028.
En las convivencias de este año se estudia su historia y el contexto religioso, social y cultural en el que se ha desarrollado. Profundizar en la herencia recibida es una fuente de impulso creativo para la tarea actual, con una fidelidad que quiere responder a las necesidades de la Iglesia y de la sociedad de los próximos 100 años.
San Josemaría, un hombre de su tiempo. Las circunstancias de la Fundación. Un mensaje disruptivo. La labor de san Rafael y los primeros seguidores. Las primeras labores: la academia DYA. Cómo van naciendo los medios de formación.
José Luis González Gullón (27’).
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La persecución religiosa que se desata en España con la guerra civil obliga a san Josemaría y sus seguidores a vivir escondidos. Con el fundador, algunos pasan a la zona nacional y, en ese entorno de guerra continúan el Opus Dei. Las circunstancias de la posguerra presentan otros retos que es preciso superar para que no se distorsione el mensaje.
El 14 de febrero de 1930 Josemaría Escrivá de Balaguer entendió que la fundación que había iniciado en 1928 debía extenderse también entre las mujeres. Comenzó enseguida a trabajar en esa dirección, lo que no resultó tarea fácil, pues no se logró de forma estable hasta el tercer intento, ya en los años cuarenta: el 16 de julio de 1942 comenzará en Madrid el primer centro femenino de la historia.
Veremos las fases de consolidación del trabajo del Opus Dei entre mujeres y las distintas actividades apostólicas que desarrollaron. Fueron variadas y novedosas –teniendo en cuenta el rol femenino en la sociedad de entonces–, como la creación de la editorial Minerva o la dirección de la residencia universitaria Zurbarán. El mensaje del Opus Dei les abría unos horizontes de trabajo y apostolado que las impulsaba más allá de lo que una mujer en la década de los cuarenta podía imaginar.
San Josemaría se encargó personalmente de la instalación y organización de la atención doméstica de los primeros centros del Opus Dei hasta que hubo mujeres preparadas para hacerlo. El Fundador les confió estas tareas, formándolas de una manera muy directa con ayuda de su hermana Carmen. Así nació lo que familiarmente se conoce en la Obra como el trabajo de la Administración.
Al terminar la Guerra Civil española en 1939 José María Escrivá contaba con catorce hombres y dos mujeres para desarrollar el Opus Dei. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial en 1945 serán más de doscientos veinte varones y casi treinta mujeres quienes le siguen. Estos jóvenes extenderán su mensaje por las ciudades españolas y prepararán su expansión internacional. Son años de formación intensa, de rumores e incomprensiones y también de deslumbramiento por la novedad del mensaje, tanto en el seno de la Iglesia como en la sociedad civil.
José Luis González Gullón (26’).
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En los años 50 el Opus Dei recibe una aprobación pontificia que, sin ser la definitiva, permite su desarrollo fuera de España. Este tiempo, en el que el mensaje del Opus Dei es refrendado por la doctrina del Concilio Vaticano II, presencia el comienzo de la labor de la Obra en muchos países de Europa y América con el impulso directo del fundador.
San Josemaría intuyó pronto el valor santificador del matrimonio cristiano y ayudó a vivir esta realidad a muchos de sus amigos y seguidores. A partir del momento en se hace posible que los supernumerarios se integren jurídicamente en el Opus Dei,la labor de san Gabriel conoce gran desarrollo, llegando a todos los estratos de la sociedad.
A los 47 años de periodo fundacional le siguen 41 liderados por dos personas formadas directamente por el propio san Josemaría. En este tiempo la Obra se expande en número de fieles y en nuevos países de Europa, África, Asia y América. En vida de Don Álvaro se aprueba la Prelatura personal y se beatifica al Fundador. Don Javier presencia la Canonización de san Josemaría y la beatificación de Don Álvaro.
Canonizado el Fundador y beatificados Guadalupe Ortiz de Landázuri y Don Álvaro, son varios los miembros del Opus Dei que tienen abierto su proceso de canonización: unos promovidos por la Prelatura, otros por su diócesis, etc. Esto supone refrendar el mensaje de san Josemaría de que es posible alcanzar la santidad en medio del mundo.